miércoles, 4 de febrero de 2015

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A lo largo de la vida , vemos como continuamente se nos pone a "prueba" constantemente.
Pasando una tras otra de la mejor manera posible, pero todas dejando una imprenta, de la que muchas veces se es inconsciente. Y así van pasando los años, sin darnos cuenta hemos ido evolucionando, para bien o para mal , pero el caso es ese, que sin apenas darte cuenta no eres aquello que solías ser. A esto le llamamos crecimiento, madurez. Este hecho es el que mayoritariamente se da, pero después hay el caso de la existencia de aquellos incapaces de dar este cambio, gente a la cual criticamos y reprochamos de inmadura por el mero hecho que a lo largo de su vida apenas ha cambiado las maneras de hacer y claro, lo bueno es lo que hacemos todos no lo que hacen los pocos y por tanto ellos deben de "madurar", les instigamos a convertirse en aquello que no pueden ser, forzándolos y presionando de forma continua ya que: "es por su bien". Sin pararnos ni un momento a pensar si esa afirmación es tan cierta como queremos creer, ya que si así no fuera, todos los cimientos sobre los que nos sostenemos como individuos se hundirían de forma estrepitosa y nosotros con ellos.

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