martes, 19 de mayo de 2015

Oscuridad 2/3

Los segundos se evaporan, para al instante volver a nacer, uno detrás del otro. Y es con estos que los minutos avanzan... y uno... y dos... ahora son y cuarto... menos diez... una hora muere para que otra despierte de su sueño, la mañana y la noche. Ciclos que se repiten eternamente. Eso es lo que me habían enseñado desde pequeño, pero aquí nada de eso sucede, tan solo estamos el frío y yo. El frío que me invade, entrando en cada recoveco de mi ser hasta terminar formando pare te mí.

¿Qué hora será?¿de qué día?

Deberían haber pasado un mínimo de tres semanas, misteriosamente no necesito ni beber ni alimentarme, pero el paso del tiempo se me hace presente con el picor de mi barba, inmune a lo que está sucediendo sigue creciendo...


Hasta que ya es imposible calcular de cuanto tiempo es esa mata de vello que se ha formado. No sé cuanto tiempo habrá pasado, pero ya no me importa. Al principio buscaba una explicación, pero ahora... ¿qué más da?el hambre no me molesta, tan solo he de yacer aquí esperando a que algo suceda, algo tendrá que pasar, algo pasará.

Mientras tanto paso el rato explorando mi pecho, al principio no había podido soportar la realidad, aunque poco a poco le estaba cogiendo cariño a ese hueco, en verdad era perfecto y hasta gracioso, ir a tocar el pecho en busca del palpito del corazón para no encontrar nada había sido un gran desconcierto pero ahora era algo maravilloso. Mi mano se adentraba en mí para acabar tocando ese suelo en el cual yacía tumbado, nada de piel, ni siquiera una herida cicatrizada, un simple hueco circular perfecto. Ocupaba toda la zona donde debería estar mi corazón y en el borde donde debería comunicar con el resto de mis entrañas, por donde debería estar desangrándome o tocando quizás mis pulmones, una superficie perfectamente pulida como si fuera una especie de piel, pero bueno; esta nueva capa era más acorde al yo que habitaba en esa tierra desconocida... era dura y fría. Nada que ver con la cálida y suave piel que antes recubría mi cuerpo. El calor había sido suplantado, pero que esperar si ahora era alguien hueco y vacío. Debo estar muerto, quizás lo esté y este sea mi infierno, si no que otro sentido tiene esto...


Envuelto en la oscuridad absoluta.Ya no la temo, ella me acompaña en todo momento. Tan solo he de yacer aquí. Con mi frío y mis pensamientos.








0 comentarios:

Publicar un comentario