Vuestra luz os ciega al igual que lo hace mi oscuridad.
La única diferencia es: yo me atreví a buscar qué habitaba en las sombras, en vez de quedarme en la ignorancia y confort de las luces.
Luces que perseguís a ciegas para que os guíen a través del desfiladero.
Y yo desde aquí abajo veo como esos pequeños destellos os guían a través de la lemniscata.
Entonces doy medía vuelta y sigo mi descenso infinito a lo desconocido.
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